CAPITAL SOCIAL VS CORRUPCIÓN
- Jesante
- 2 ago 2018
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Es importante tener en cuenta el concepto de capital social y su evolución histórica, es decir cómo fue surgiendo. Al respecto Soledad Castaño Martínez menciona que “Los valores éticos del capital social y su influencia en el crecimiento económico” nos señala que este concepto ha estado siempre ligado a la ciencia económica, aun cuando no se hiciese una mención explícita a este término.
De lo señalado por la citada autora, artículo del cual nos valemos para desarrollar esta nota, podemos ver que en lo fundamental las conductas morales y éticas en nuestro tiempo siguen ligadas a los aspectos económicos, pero no para resaltarlos, cumplirlos y trascenderlos; sino para, vulnerarlos y aprovecharnos al recibir la promesa, ventaja cifrada en términos económicos de manera personal para un familiar o para un tercero. Dando continuidad al desarrollo de este concepto diremos que existen ya referencias de este concepto en Aristóteles, en concreto en su Ética Nicomáquea o Ética a Nicómaco, escrita en el siglo IV a. C., cuyo título se asume referido a su hijo Nicomachus, en que se hace se habla de las virtudes éticas, como son la amabilidad, la sinceridad y la reciprocidad. Entendemos, que la vida de una persona en convivencia con otras requiere de estas conductas y virtudes para hacer posible la subsistencia pacífica y en armonía, sobre todo viniendo de aquellas, que por voluntad de los pueblos, ostentan jerarquía y poder, con lo que va a ser posible obtener felicidad. Luego de ello, en los albores del comercio en las ciudades y entre ellas, con la aparición de una élite burguesa y claro el capitalismo, se señala que el comercio une a los hombres entre sí a través de la utilidad mutua, el hombre aprende a deliberar, a ser honesto, a ser prudente y reservado en el habla y en la actuación, a ser honesto para triunfar, a huir de los vicios, a ser decentes y serios para no tener una valoración adversa de sus ya conocidos y de aquellos por conocer (Samuel Ricard). El inicio del comercio contaba con reglas especiales como por ejemplo el cumplimiento de la palabra, de la promesa, no como ahora en que se requiere de garantías dinerarias o de prendas o avales para brindar un crédito. Adam Smith también creía en los efectos moralizadores del comercio, al decir que fomentaba la puntualidad, la prudencia y la honestidad. La puntualidad referida a la entrega de los productos, a los pagos que debían de hacerse en el momento y lugar acordado; la prudencia, en cuanto, al establecer tratos con uno o más comerciantes y la honestidad, para que nadie pueda dudar de la buena fe en el intercambio que se llevaba a cabo a través del comercio. Recuerden, no existían bancos como ahora, tampoco las transferencias virtuales de cuenta a cuenta, el dinero y los productos eran trasladados de un lugar a otro, hasta que apareciera la letra de cambio. Como vemos, los autores nos hacen ver que la actividad económica se da dentro de una sociedad, por tanto, lo moral y ético no solo recae en lo económico, sino también en lo social. Dentro de la sociedad contamos con un Estado divido en poderes y toda una estructura conformada por las entidades públicas, que en cumplimiento de la Constitución Política van a brindar bienes y servicios a la ciudadanía de un país. Alexis de Tocqueville “La democracia en América” indica que Estados Unidos posee un marcado arte de asociación entre su población que acostumbra a reunirse en asociaciones voluntarias con objetivos triviales y relevantes, se autoorganizan, se enseñan los hábitos de cooperación que pueden aplicarse hasta en la vida pública. Lyda Judson Hanifan, primera en utilizar el término capital social, para explicar la importancia del compromiso de la comunidad tanto para mejorar los establecimientos escolares, como los problemas sociales, económicos y políticos. Ella diría que la buena voluntad, la camaradería, la comprensión y el trato social entre individuos y las familias, son características constitutivas de la unidad social y que el individuo solo socialmente es un ser indefenso, pero si está en contacto con sus vecinos, y éstos con nuevos vecinos, se producirá una acumulación de capital social que podrá satisfacer de inmediato las condiciones de vida de toda la comunidad. La urbanista Jane Jacobs (1961) en su obra Muerte y vida de las grandes ciudades se refiere al valor colectivo de la vecindad en la metrópoli moderna. En las ciudades donde no existe capital social, es decir, donde no se practican los valores de solidaridad, cooperación, colaboración, amabilidad, reciprocidad está condenada a que las mayores tropelías, delitos y actos de corrupción ocurran; podemos estar viviendo el uno al lado del otro, como vecinos, pero cuál es la convivencia en común? Estamos organizados? Para que sirven los colegios profesionales? Las asociaciones? Los partidos políticos? Para unirnos o para desunirnos? Recuerden el refrán de divides y reinarás. Ahora que en nuestra ciudad se han construido muchos y grandes condominios cómo es la vivencia en ellos? Reina la morosidad y el perjuicio para quienes son fieles cumplidores de sus obligaciones? Bueno pues la pregunta importante y que resume lo que desarrollado es: la sociedad peruana puede ser calificada como que es un capital social? Lima lo es? Alguna región lo es? Verdad que no. Todo ello hace que este capital social o poder constituyente se vea en la imposibilidad de actuar contra el alto grado de corrupción en los poderes del Estado que hoy vivimos y que hemos comprobado a través de los medios de comunicación. Queremos que todo quede en impunidad? Se castigue a unos cuantos y los otros queden libres para seguir haciendo los actos de corrupción? Creo que esta situación no debemos dejarla pasar y es por ello, nuestro pueblo debe iniciar el camino para convertirse en capital social siguiendo los parámetros de le ley e identificando, sin lugar a dudas, a los ciudadanos honestos y comprometidos con el país. L.14.07.18
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